Metodología de intervención
El modo de hacer no es secundario. La metodología que usamos tiene que ir relacionada con la idea con la que interpretamos el mundo. Tenemos que buscar las coherencias entre el “qué” y el “cómo”. Aquí os presentamos, algunas de nuestras apuestas metodológicas de intervención.
BASES METODOLÓGICAS.
Nuestra metodología se basa en diferentes aspectos que consideramos fundamentales y que siempre tenemos en cuenta, como son:
- El enfoque socioafectivo.
- Aprender en, desde y para la implicación.
- Trabajo en y desde lo colectivo. Educación en y para la acción.
- Adaptación, creatividad, trabajo en equipo.
- Comunicación intercultural.
- Coordinación, utilización de recursos de otras organizaciones e instituciones.
- Transversalización de género a nivel metodológico.
- Transversalización sociocultural a nivel metodológico.
ENFOQUE AFECTIVO.
Con el enfoque socioafectivo pretendemos un aprendizaje integral, que no afecte sólo a la posible transformación de los conocimientos e ideas (a lo intelectual), sino también a las emociones, a los valores e, incluso, en la medida de lo posible y desde el respeto a la autonomía, a las actitudes y comportamientos.
Se trata de promover (como inicio, parte o final del proceso de cambio/aprendizaje) una vivencia grupal y personal que favorezca una respuesta afectiva. A esto es a lo que llamamos aproximación socioafectiva. Se trata de facilitar una situación experiencial de grupo, mediante el contacto directo con problemáticas globales, más frecuentemente mediante su simulación: estudios de casos, juego de roles, juegos de simulación, ejemplos gráficos… según su mayor o menor grado de abstracción y proximidad a la realidad.
Utilizamos diferentes tipos de dinámicas: Algunas para favorecer un buen clima y otras dinámicas más “largas”, que se convierten en el punto central de una o varias sesiones y requieren no sólo de actividades posteriores para su “explotación”, para sacar de las vivencias “provocadas” todo su potencial de cambio de conocimientos, valores y actitudes, sino de actividades previas, sin las que la dinámica no se entendería o tendría una menor eficacia.
Para ello es importante también:
La detección de esquemas previos. No sólo de conocimientos y creencias, sino de actitudes y valores. Muchas dinámicas sirven precisamente para que estos “esquemas previos” salgan a la luz, pero en otras muchas es necesario facilitar que se explicite lo que piensan, sienten o valoran las personas participantes sobre su imaginario.
Las aportaciones iniciales. Facilitar la construcción de estructuras de aprendizaje y la organización de la información que va a aportarse. A veces puede tratarse de un marco histórico o geográfico, otras veces de terminología, otras informaciones significativas…
Aunque la aproximación socioafectiva se base en una simulación y no en el contacto directo con la realidad, las respuestas afectivas son reales. Es precisamente la realidad y, a veces, la potencia de los sentimientos individuales y colectivos lo que permite un aprendizaje significativo, facilitador del conflicto y por tanto, del cambio.
Las dinámicas tienden a favorecer, pues, la aparición o explicitación de conflictos, cognitivos, de actitudes y de valores, tanto los internos a cada persona (en su manera de ver y enfocar la realidad) como los interpersonales (de acuerdo con los diferentes roles, simulados o reales).
Para que el enfoque socioafectivo sea eficaz no sólo se requiere esta “problematización”, sino que se proporcionen elementos y procedimientos para una salida (regulación) positiva, elaborando nuevas síntesis cognitivas “siempre provisionales”, contrastando actitudes y valores con otras posibilidades, abriendo y facilitando, en definitiva, un proceso de transformación y maduración.
Concebimos el aprendizaje socioafectivo como una parte del proceso de implicación personal y colectiva. Queremos partir de la realidad y volver a la realidad.
Por ello, nuestro enfoque metodológico está íntimamente ligado a:
APRENDER DESDE, PARA Y CON LA IMPLICACIÓN.
El proceso de implicación puede descomponerse en varias fases:
Comienza en la captación de la realidad (la imagen distorsionada y estereotipada que en muchas ocasiones nos llega) sensibilidad empática – capacidad para sentirse afectado- y desde una plasticidad -capacidad para cambiar, para buscar y encontrar nuevas respuestas-.
Continúa con los procesos internos (personales y grupales) que esa “interpelación” de la realidad propicia (emocionales, cognitivos, de valor y actitud). No son procesos ajenos a la acción, a la vida, sino todo lo contrario. Todo este procesamiento interno tiende, consciente o inconscientemente, a elaborar una respuesta: ¿qué vamos a hacer? ¿qué podemos hacer? ¿qué debemos hacer? …
Aquí aparece necesidad de actuar.
Se enlaza así, e incluso se mezcla, con el proceso de toma de decisiones que desemboca en un proyecto de intervención más o menos extenso, explícito, elaborado…
Concluye con la intervención sobre dicha realidad, esta intervención (el proceso externo) proporciona a su vez nuevas vivencias, nuevas decisiones, nuevos conflictos y nuevos aprendizajes; sin esta intervención externa, por mínima que sea, el proceso de transformación y maduración queda truncado e inconcluso y se reduce el sentido de todos los pasos anteriores.
Para que todo el potencial de transformación de lo vivido sea aprovechado son necesarias determinadas actuaciones finales: un proceso de evaluación individual/grupal sobre lo aprendido en cada una de las fases que incluya un trabajo de reorganización, de reestructuración… de integración de lo aprendido, de los cambios experimentados. Y esto tanto en el plano de los conocimientos y creencias, como en el de las respuestas afectivas y de los valores y actitudes.
TRABAJO EN Y DESDE LO COLECTIVO, EDUCACIÓN EN Y PARA LA ACCIÓN.
El proceso interno de aprendizaje se orienta, desde la aproximación socioafectiva, hacia una toma de decisiones y un proyecto de intervención. Así se apoya la construcción del sujeto (tanto el personal como el colectivo): proyectando su aprendizaje hacia la acción sobre la realidad interna/externa y facilitando dicha acción. Al proyectar el cambio de lo real y al intentarlo, cambia él/ella mismo/a.
Para que esta autoconstrucción adquiera todo su potencial de desarrollo se necesita que la inserción de la persona en el grupo se lleve a cabo desde la no discriminación y desde la no dominación; es decir, desde la noviolencia. Si la intervención en un proyecto colectivo se hace desde la subordinación, desde la desigualdad… podemos hablar de subdesarrollo personal; es decir, de desarrollo dependiente, de falso desarrollo…
No hay un proyecto de intervención “desarrollante” si no hay una participación igualitaria e integral; no es posible esta participación, si no hay una buena comunicación y ésta, a su vez, no es eficaz, positiva y grata, si el clima del grupo no es el adecuado.
Para nosotros/as es muy importante la idea de construcción de grupo (y construcción personal), proceso de aprendizaje e intervención sobre la realidad son tres partes esenciales e indisolubles del mismo “aprendizaje implicativo”. La aproximación socioafectiva sería así la metodología adecuada para devolver al proceso de aprendizaje su conexión con la acción y con la vida.
ADAPTACIÓN, CREATIVIDAD, TRABAJO EN EQUIPO.
Evidentemente, debe adaptarse a cada circunstancia para que realmente sirva. Se trata de ir ajustando siempre a las posibilidades reales del grupo y de sus componentes. No serán iguales las capacidades de los estudiantes del IES Pedro de Valdivia de Villanueva de la Serena, las mujeres de la Asociación Romis Calis o el grupo de personas mayores de Alburquerque.
Una de las características, a su vez metodológicas de nuestro equipo de educadoras es la realización de los talleres y sesiones en una pareja de trabajo. Estamos convencidos/as de que el trabajo en pareja facilita mejores condiciones para que los objetivos que nos planteamos puedan cumplirse, permite una mejor planificación, realización y evaluación del proyecto a través de la mejor observación, la distribución de las diversas funciones, el apoyo mutuo, un mayor dinamismo que repercute en la atención y buen trabajo del grupo, una mejor preparación de los talleres, el funcionamiento en pequeños grupos de forma simultánea, etc. Aparte de las habilidades específicas que son necesarias en algunos momentos del proceso, componiendo la pareja pedagógica una persona más vinculada a la educación y otra más vinculada a la comunicación.
La metodología con la que trabajamos, aunque parte de un esquema general, requiere la adaptación de las sesiones, dinámicas, temáticas al grupo con el que trabajemos, de forma que se busquen contenidos motivadores para ellos/as, que se acerquen a su realidad y la adaptación del modo de aprendizaje. Toda esta continua revisión se desarrolla de forma más operativa y eficaz en el trabajo en pareja.
Especial mención requiere en este punto el colectivo de personas con discapacidad, realizaremos un especial esfuerzo de adaptación y en concreto de la metodología para garantizar la mejor participación de estas personas. Esta adaptación pasa por adecuar nuestros ritmos habituales de trabajo, pasando a ser estos más lentos y respetuosos con las necesidades especiales del grupo.
COMUNICACIÓN INTERCULTURAL.
Consideramos muy importante esta visión de la comunicación intercultural, nuestro proyecto va dirigido a grupos muy diversos que provienen de diferentes culturas (la cultura rural extremeña de mediados del siglo XX de nuestros mayores, la cultura de los jóvenes de hoy, la cultura de las personas con discapacidad y diversidad funcional…).
La educación intercultural está orientada al intercambio de experiencias de tal forma que se pongan en contacto realidades que a veces viven separadas: migrantes/personas nacidas en Extremadura; profesionales del mundo audiovisual/ profesionales del tercer sector, estudiantes/profesionales; jóvenes asociados/jóvenes no asociados..
La comunicación y educación intercultural no consiste en que diferentes culturas estén juntas, estar juntas no es suficiente. No significa que cualquier proceso de aprendizaje que implique a diferentes culturas produzca aprendizaje y comunicación intercultural, hay que ir más allá en un trabajo para trabajar en los estereotipos, prejuicios, escucha, expresión e interpretación, empatía…
COORDINACIÓN, UTILIZACIÓN DE RECURSOS DE OTRAS ORGANIZACIONES E INSTITUCIONES.
Como forma de poner en valor y aprovechar el trabajo que otras organizaciones e instituciones vienen realizando, siempre hemos creído conveniente la utilización de reflexiones, herramientas y materiales que otros/as han generado.
De esta forma como parte importante de nuestra metodología se encuentra la coordinación con otras organizaciones.
Existe un trabajo previo en este aspecto en otras Comunidades Autónomas, otras organizaciones que trabajan con los mismos fines, utilizando medios similares… En ese sentido también es nuestra prioridad partir de lo que ya hay hecho y construir desde lo que existe, pues aparte de suponer un gran ahorro de recursos y tiempo es una forma de poner en valor las iniciativas de las personas, grupos e instituciones con los que trabajamos. Se trata de coordinarnos y complementarnos con otros proyectos de la zona geográfica pero también con proyectos de nuestro campo de trabajo que no sean de nuestra zona, como los que se implementan en Galicia, Madrid, Euskadi o Andalucía.
TRANSVERSALIZACIÓN DE GÉNERO A NIVEL METODOLÓGICO.
Incluir la perspectiva de género, tanto a nivel de contenidos como a nivel metodológico, dentro los proyectos que realizamos, es imprescindible para construir aprendizajes integrales e igualitarios. Transversalizar el género, de forma que no sea algo momentáneo o puntual, sino que se tenga en cuenta a través de los diversos procesos educativos generados durante el proyecto, constituye también una oportunidad de poner en práctica un modelo de trabajo que puede replicarse en la vida cotidiana de los grupos participantes.
TRANSVERSALIZACIÓN MEDIOAMBIENTAL A NIVEL METODOLÓGICO.
Debido a la actual situación mundial y a la relación existente entre medioambiente y educación para el desarrollo vemos fundamental transversalizar tanto en contenidos como en metodología este aspecto.
Aplicaremos lo que se llama en educación ambiental las 3 R, que hemos ampliado a 5 R. Reducir. Reducir en la medida de nuestras posibilidades materiales innecesarios, ser austeros/as con los mismos, buscando en todo momento el menor impacto posible.
TRANSVERSALIZACIÓN SOCIOCULTURAL A NIVEL METODOLÓGICO.
Se trata de cambiar la visión sociocultural que recibimos de los colectivos excluídos, minoritarios, del sur, o de la cooperación de nuestros países a países más empobrecidos. Es decir, del otro, de los otros, de las otras.
Vemos la necesidad de revalorizar nuestros saberes, de ejercer (auto) crítica de ese imaginario que tenemos sobre los países empobrecidos, de vernos como “receptores de esas imágenes”, pero en este proyecto también como “emisores”.
Se trata, en definitiva de buscar la coherencia entre el discurso y la práctica educativa. La metodología no es más que el cauce a través del cual mostramos esta coherencia.
CENTRO DE RECURSOS PARA PONER LAS VIDAS EN EL CENTRO